Como quiero conjurar un poco el dolor y el no poder entender el por qué de tanta muerte y devastación... decido pegar esta nota que salió en el diario Clarín de Buenos Aires. El arte convoca otras sensaciones... No sé.
ARTE Y NATURALEZA
La gran ola de Hokusai
La tragedia del sur de Asia reaviva la obra más famosa de un popular artista japonés. La fuerza del tsunami, de la realidad a la imagen.
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Cuando la realidad remite al arte, es inevitable ir en busca de la imagen. Tal vez, por una necesidad humana de comprender un poco más que pasó. La palabra tsunami, que viene del japonés (TSU: puerto o bahía, NAMI: ola), ingresó a nuestro vocabulario con la catástrofe del fin de semana pasado en el sur de Asia. Y con ella, la infinita cantidad de información sobre la tragedia. Entre tanto dolor, surge un ícono gráfico que representa lo ocurrido. Toda la fuerza y la furia de la naturaleza se concentra en La gran ola de Kanagawa del artista Katsushika Hokusai (1830-1832). Esta xilografía que pertenece a la serie Treinta y seis vistas del monte Fuji, es uno de trabajos más populares en occidente del grabador japonés que nació en el Siglo XVIII.
El contraste es inmenso. Una imagen con tanta belleza que encierra el peligro inminente. En el Museo Metropolitano de Nueva York (MET) explican, “la onda turbulenta parece elevarse sobre el espectador, mientras que el monte Fuji en el fondo simula una pirámide estable que se ve minúscula a la distancia”. La montaña siempre figuraba en las composiciones de Hokusai y la originalidad de esta obra particular reside en que el artista invirtió la importancia en la perspectiva. El instante captura a esta ola gigante –casi congelada- y que todo lo supera. Igual que ocurrió en la realidad.
Entre las inmensas ondas azules, celestes y blancas que expresan todo el poder destructivo del tsunami se pueden ver tres barcos y a los diminutos pescadores en su interior. “Estas lanchas transportaban pescados de las islas meridionales de Edo (Tokio moderna). Así, una escena del trabajo diario se injerta sobre el paisaje”, aseguran los expertos del MET. Esta xilografía impresa en tinta de colores sobre papel mide en la versión original 25.7 x 37.9 cm. y fue realizada entre los años 1830 y 1832.
Hokusai había nacido en el año 1760 en Katsushika en la provincia de Shimosa, cerca de lo que ahora es Tokio, la capital de Japón. Su apellido verdadero era Kawamura, sin embargo es conocido con el nombre de su lugar de nacimiento: Katsushika Hokusai. Convertido en un referente del arte universal por todos sus trabajos –más de 30.000-, sus obras siempre se destacan por la energía que expresan y por la inventiva que era muy diferente a la de sus contemporáneos. Hokusai murió el 18 de abril de 1849, a la edad de 89 años. En sus últimos años de vida prefería hacerse llamar el viejo loco por el arte. También se dice que sus últimas palabras fueron: "Si el cielo me diera diez años más, o una extensión de cinco años, de seguro me convertiría en un verdadero artista".
Interpretaciones
Los tsunamis no siempre se manifiestan como lo muestra la imagen creada por Hokusai. Sin embargo, su trabajo sigue vigente como fuente de inspiración para otros artistas que también eligen representar la gran ola con diversos estilos y técnicas más modernas. En una de sus adaptaciones, se la puede observar tallada en madera y encerrada en un círculo que representa el yin y el yang, a través del agua y el cielo. Dos de las aspectos más fuertes de la naturaleza que intentan alcanzar un momento de equilibrio.

Más modernas, surgen otras obras que también intentan plasmar artísticamente sobre el lienzo o la pantalla la fuerza de los Tsunamis. En primer lugar, la del artista surrealista noruego Hakon Soreide y su pintura “Tsunami” al mejor estilo Joan Miró. O también la de Ron Barnett, el diseñador de arte fractal que realiza sus pinturas en la computadora a base de cálculos matemáticos.
2 comentarios:
Espeluznante imagen...
La gran ola de Hokusai no representa un Tsunami sino una una ola océanica normal.
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